
La inspiración principal de mi colección provino del ballet clásico romántico. Para profundizar en este tema, consulté The Ballet Companion de Eliza Gaynor Minden, una obra que considero una "biblia del ballet". Este libro explora la historia, técnica, vestuario y emociones del ballet, destacando la figura de la prima ballerina y obras icónicas como La Sílfide, Giselle y El Lago de los Cisnes.
Me enfoqué especialmente en la era romántica del ballet, caracterizada por su dualidad escénica: un primer acto etéreo y romántico, y un segundo acto oscuro y melancólico, donde la muerte y lo irreal toman protagonismo. Un elemento clave es el ballet blanc, representado por los tutús largos y blancos, como se ve en el segundo acto de Giselle, donde la escenografía y vestuario transmiten nostalgia, melancolía y misterio.
Además, las fotografías de Leonid Zhdanov, en particular las que retratan a Natalia Bessmértnova como Giselle, influyeron en mi proceso creativo. Estas imágenes capturan la delicadeza, vulnerabilidad y perfección etérea del personaje, conceptos que trasladé a mi colección a través del juego de luces, sombras y siluetas.



