LE BON MARCHÉ

Escrito por Fernanda de la Peña, Mónica Kiehnle, Karen Orozco y Ana Sofía Perez

El primer gran almacén y su impacto en la moda actual

En una época de transformación a mediados del siglo XIX y con la llegada de la Revolución Industrial, Aristide Boucicaut y su esposa Marguerite Boucicaut comenzaron en 1838 una aventura que cambió el rumbo del comercio. En la esquina de la rue de Sèvres en París, Francia, nació el primer gran almacén: Le Bon Marché. Un espacio que le dio al consumidor una experiencia de compra innovadora y accesible.

Importancia de los grandes almacenes en la historia de la moda

Antes de Le Bon Marché y los grandes almacenes que surgieron posteriormente, la experiencia de compra en cuanto a la indumentaria era un proceso completamente diferente y limitado. El proceso de compra que conocemos hoy en día es gracias a pioneros como la pareja Boucicaut. Previo a lo que conocemos actualmente, adquirir prendas dependía del contexto social y económico. Un claro ejemplo eran los sastres y modistas. Esta manera de adquirir nuevas prendas era exclusivamente para quienes podían pagarlo, las prendas/accesorios se hacían a la medida y era un proceso más tardado que requería semanas de trabajo.

Los grandes almacenes cambiaron en conjunto con la sociedad. Esta innovación no sólo dio lugar a poder comprar prendas de manera más rápida. Le Bon Marché por ejemplo, se convirtió en un espacio social, era un lugar en donde las mujeres podían pasear sin la vigilancia de sus esposos. En este nuevo espacio de comercio los clientes podían encontrar una variedad de productos, teniendo precios fijos a la vista de cualquier persona y se ofrecían servicios como: entrega a domicilio, opción de devoluciones, descuentos y también surgió lo que ahora se conoce como temporada de rebajas “el mes blanco”.

Es gracias a esta innovación que surge en 1838 con una pequeña tienda y que después se convertiría en el primer gran almacén del mundo, que en la actualidad contamos con más grandes almacenes en donde podemos ver sin compromiso y comprar diferentes artículos en un mismo lugar: indumentaria, zapatos, joyería, perfumería, artículos para el hogar, electrónica; incluso hay supermercados y restaurantes dentro de estos espacios. Los grandes almacenes tienen la capacidad para acercarnos y conectarnos con la moda, tendencias y diseñadores mediante su exhibición. Algunos de los grandes almacenes más icónicos son:

  • Le Bon Marché (París, Francia)

  • Harrods (Londres, Reino Unido)

  • Macy’s, (Nueva York, Estados Unidos)

  • Galerías Lafayette (París, Francia)

  • Selfridges (Londres, Reino Unido)

  • El Corte Inglés (Madrid, España)

    Takashimaya (Japón)

  • El Palacio de Hierro (Ciudad de México, México),

  • Liverpool (Ciudad de México, México).

Europa en el siglo XIX, La Revolución Industrial y su impacto en el consumo.

El siglo XIX fue tiempo de transformación para Europa, la llegada de la Revolución Industrial en Inglaterra pronto se expandió. Esta revolución cambió el rumbo de la sociedad y trajo consigo trabajo, producción y una nueva estructura. Para los textiles en específico, la llegada de las máquinas permitió un aumento en la producción con costos menores. A mayor producción de bienes también comenzó un consumismo mayor; la Revolución Industrial también inició el consumo masivo, ya que con su llegada los productos que antes eran más exclusivos ahora podían ser adquiridos con mayor facilidad.

La llegada de la Revolución Industrial dio lugar al nacimiento de los grandes almacenes, las personas tenían acceso a diferentes artículos dentro de ellos y los hábitos de compra cambiaron. Las condiciones laborales también sufrieron un cambio, se crearon empleos para miles de personas dentro de estos almacenes, en especial para las mujeres. Para los pequeños comerciantes, la llegada de los grandes almacenes no fue algo beneficioso ya que era una competencia en desventaja, los precios y la variedad de productos no eran lo mismo. La mayoría de los pequeños negocios familiares se vieron en la necesidad de cerrar y esto afectó a su economía. La publicidad también fue algo que impulsó a estos nuevos espacios, un ejemplo: estrategias de marketing con vitrinas atractivas.

De igual forma con estos cambios en la sociedad y la producción, inició la clase media. Esta nueva clase social tuvo acceso a un estilo de vida nuevo, ellos también fueron parte de la demanda conforme al deseo de imitar a las clases sociales altas. Los grandes almacenes por ejemplo, les dieron esta facilidad con precios más accesibles y la posibilidad de mantenerse con las últimas tendencias.

Origen de Le Bon Marché

Le Bon Marché inició en París en 1838 como una tienda novedosa que ofrecía encajes, cintas, sábanas, colchones, paraguas y otros productos variados. Los hermanos Paul y Justin Videau fundaron la propiedad, que constaba de cuatro departamentos, doce empleados y un pequeño espacio de 300 metros cuadrados. La historia cambió catorce años después, cuando Aristide y su esposa Marguerite Boucicaut llegaron a París en 1852 y se unieron a la pequeña tienda. Juntos, transformaron la esquina de la Rue du Bac y Rue de Sèvres, ofreciendo a los compradores una mayor variedad.

Nacido recién comenzada la Belle Époque, Boucicaut comenzó su camino profesional en la sombrerería de su padre en Bellême, Normandía. A los 18 años se trasladó a París, donde fue contratado como dependiente para la tienda Au Petit Sain-Thomas, donde posteriormente conoció a su esposa, quien también se convirtió unos años después en su mayor colaboradora. Justo cuando había conseguido un ascenso, el comercio cerró. Boucicaut se puso entonces en contacto con los hermanos Videau, que habían abierto en la misma manzana la mercería Au Bon Marché. Durante estos años, Boucicaut, gracias al contacto directo con los clientes, aprendió a conocer bien su psicología y experimentó en carne propia todos los factores que influyen a la hora de conseguir vender un artículo.

Unos años más tarde y bajo su personalidad emprendedora, Boucicaut convenció a los hermanos Videau para remodelar el almacén y disponer en su interior una serie de departamentos capaces de suministrar todo aquello que pudiera precisar un potencial cliente, y donde la gente pudiera entrar y salir libremente, creando así un nuevo concepto nunca antes visto.

Es así como en 1852, con una inversión de cincuenta mil francos, Boucicaut y su mujer, Marguerite, tras crear una sociedad con sus anteriores empleadores, abrieron en la calle de Sèvres los primeros grandes almacenes de la historia, manteniendo el antiguo nombre de Au Bon Marché. Unos años más tarde, en 1863 y tras el éxito en ventas, los Videau abandonaron la compañía y Boucicaut adquirió todo el negocio, gracias a la aportación de Mortagnais Henry-François Maillard, un pastelero, el cual había hecho su fortuna en Nueva York, el cual les prestó un millón y medio de francos para fundar la compañía que terminaría de revolucionar el negocio: un nuevo proyecto (encargado en 1867 y entregado en 1869) a cargo de Gustave Eiffel y Louis Charles Boileau, los cuales diseñaron un nuevo local de varios pisos en la misma rue de Sévres de París, en el distrito séptimo, el cual aún hoy continúa abierto.

Concepto Inicial y Propuesta de Valor

El nuevo establecimiento, bajo el concepto de lo que hoy conocemos como grandes almacenes, implantó una nueva cultura de compra que iba mucho más allá de una mayor variedad de producto.

Antiguamente, lo habitual era comprar en tiendas pequeñas y especializadas donde no había precios fijos porque el regateo era parte crucial de las ventas. Las tiendas eran bastante sencillas, con vitrinas simples y stock limitado. Bajo una auténtica visión empresarial, Boucicaut ideó un modelo de negocio que proporcionaba una experiencia placentera y una gratificación mayor que la mera cobertura de una necesidad concreta, lo que hoy se le conoce como una experiencia de compra orientada al cliente.

Dentro de las más grandes innovaciones, de las cuales Au Bon Marché fue pionero, se incluyen:

  • Experiencia de compra abierta, en donde el cliente puede desplazarse libremente por la tienda, tocar las prendas y demás productos que ésta ofrezca, con el fin de poder comparar las opciones y tomar una decisión, la cual puede involucrar o no una compra. Esto originó un gran cambio en el modelo de compra, ya que anteriormente toda la mercancía estaba dispuesta detrás de un mostrador, de modo que si se necesitaba revisar el producto, necesariamente se debía contar con la ayuda de un dependiente. Este punto es fundamental, ya que pone al producto al centro, siendo él mismo su propio vendedor.

  • Precios al alcance del consumidor. Se incorporan las etiquetas al producto, con lo cual incrementa el mercado objetivo del negocio, ya que cualquiera puede pasar y mirar, lo cual antes era mal visto (uno solo iba si sabía que iba a comprar).

  • Políticas de cambios y devoluciones, rebajas y servicio a domicilio, así como el catálogo como herramienta para venta a distancia.

  • Asesoramiento gratuito de los dependientes, que contaban con la suficiente preparación para aconsejar al comprador de acuerdo a sus necesidades.

  • Las compras como actividad de entretenimiento. Dentro de Au Bon Marché, se buscaba crear una experiencia única, donde las personas empiezan a socializar más fuera de casa.

  • Vitrinas elaboradas que buscaban atraer consumidores, así como anuncios publicitarios del almacén.

  • Nacen los primeros probadores. Con el acceso a tallas y diversidad de productos, Aristide incorpora espacios específicos para facilitar la decisión de compra de los clientes.

  • Zonas específicas que aumentan el consumo. El negocio estaba orientado al público femenino, pero para evitar que sus acompañantes masculinos se impacientaran, se instaló un pequeño café donde los caballeros podían leer, fumar o tomar una copa mientras esperaban.

Diseño Arquitectónico y Ambiente de Compra

El éxito de los Boucicaut se refleja también en la evolución arquitectónica de sus tiendas. Como se mencionó anteriormente, la mudanza al nuevo edificio en 1869 marcó un nuevo comienzo, marcando una pauta y dejando un legado que al día de hoy tenemos.

Teniendo en cuenta el ambiente de la tienda y el servicio dentro de las prioridades de los Boucicaut, Gustave Eiffel se encargó de crear al interior de la tienda el aspecto de un gran palacio, con grandes escaleras y una cúpula, elementos que eran parte del efecto que atraía a los clientes a visitar. Otros componentes que destacaban sobre la arquitectura del lugar eran los amplios espacios interiores, así como la iluminación, destacando el hierro como material principal de la construcción, junto con la vasta decoración de los espacios, haciendo de estos un atractivo visual importante del negocio.

Por su parte, el edificio contaba con tecnología de vanguardia, siendo el ejemplo principal de esto el uso de ascensores, los cuales facilitaban al cliente el desplazamiento dentro de la tienda, haciendo de Au Bon Marché un establecimiento innovador y revolucionario.

Adicionalmente a los espacios de compra de producto, se instaló en la tienda una sala de lectura, utilizada principalmente por los esposos que acompañaban al mercado objetivo de la tienda -sus mujeres- a la compra. También contaban con una cafetería, peluquería, sala de billar, agencia de viaje y hasta un módulo para venta de entradas los diferentes eventos culturales de la capital parisina, así como una galería de arte donde se exhibía el trabajo de futuras promesas.

Por último, pero no menos importante, Boucicaut hizo uso de la publicidad por medio de su edificio, incluyendo vistosos escaparates, con iluminación nocturna, que atraía al mercado y lo invitaban a visitar. Un ejemplo claro es la creación del primer escaparate navideño animado en Francia, reflejando como la pareja Boucicaut estaba realmente adelantada a su tiempo, creando un enfoque totalmente dirigido al cliente.

Expansión y Evolución

Crecimiento de Le Bon Marché en Francia y su influencia en otros países.

La nueva forma comercial incluía un espacio que no sólo satisfacía al cliente, sino que también mantenía condiciones laborales inusuales para la época. El socialismo cristiano estaba en auge a mediados del siglo XIX, lo que inspiró a Boucicaut a integrar sus principios. Esta ideología promovía valores como la justicia social y la creación de una sociedad más equitativa. Se implementaron bajas por maternidad, subsidios por enfermedad, clases de idiomas para atender a clientes extranjeros, e incluso se ofreció vivienda en las instalaciones.

Sin duda, Aristide y Marguerite Boucicaut fueron pioneros creativos en esta historia de éxito. La influencia de Marguerite se evidenció en las innovaciones sociales y comerciales que tuvieron un impacto significativo en los derechos de las mujeres, especialmente en el contexto del siglo XIX y principios del XX. Fue uno de los primeros almacenes en emplear un número significativo de mujeres, abriendo así oportunidades laborales en un momento en que eran excluidas del mercado de trabajo. Esto contribuyó enormemente a la independencia económica de muchas mujeres y sirvió como gran inspiración para los movimientos feministas que abogaron por la igualdad de género y la participación en la vida pública. Además, fomentó un consumo de bienes por parte de las mujeres, permitiéndoles tomar decisiones sobre su propio estilo de vida y bienestar. Así, Le Bon Marché no sólo transformó el retail, sino que desempeñó un papel fundamental en los avances de los derechos de las mujeres, ofreciéndoles nuevas oportunidades y un espacio en la esfera pública más independiente (Aristid, s.f).

De esta manera nació el término “Les demoiselles de magasin”, que se traduce como “las chicas de las tiendas”, refiriéndose a las empleadas jóvenes de grandes almacenes, quienes desempeñaron un papel crucial en la experiencia de compra, actuando como vendedoras y embajadoras de la moda. Estas empleadas se convirtieron en figuras emblemáticas de la nueva cultura de consumo que simbolizaba la modernidad y el acceso a bienes de consumo con cierta independencia económica. Su presencia ayudó a cambiar las percepciones de las mujeres en el ámbito público y a relacionar la feminidad con el trabajo.

La expansión de las ventas de Le Bon Marché llegó a las principales ciudades de Francia y a toda Europa y América. Para atender a los clientes internacionales que llegaban a París, Boucicaut fundó el Hotel Lutetia en 1910, donde podían alojarse durante su visita. Este recinto demostraba la cultura y tradición francesa de lujo renovada.

Le Bon Marché demostró que una tienda departamental podía influir en la construcción de un comercio alrededor de una zona parisina, integrando el tiempo de ocio en la vida diaria. Si bien en Londres ya existía Harrods desde 1835, que comenzó como una tienda de ultramarinos, el cambio de locación impulsó el volumen de ventas y la variedad de productos, convirtiéndola en la gran tienda emblemática de Londres. Asimismo fue Selfridges, fundada en 1903, que fue pionera en incluir productos de belleza.

En 1893, se fundó la gran rival de Le Bon Marché, “Galeries Lafayette”, por dos primos Bader, que inicialmente se centraron en la venta de ropa y tejidos. Con el tiempo, evolucionó hacia un almacén que ofrecía una experiencia de compra similar a la de Le Bon Marché. Ambas tiendas adoptaron un modelo de negocio que prioriza la atención al cliente y jugaron un papel fundamental en la cultura de consumo de París, modernizando el comercio minorista. Galeries Lafayette atraía a una clientela de alta burguesía por la ubicación del almacén, y sus sedes combinaban edificios de estilo art nouveau y art déco, haciendo aún más atractiva su entrada. En la actualidad, estas galerías se convirtieron en un emblema de la ciudad y parada obligatoria para los turistas que visitan.

La influencia europea de los almacenes llegó y gracias a la tecnología del siglo XIX y XX, surgen grandes almacenes en Estados Unidos, con Hussey Macy en 1851, Marshall Fields en 1852, Gimbels en 1887, Franklin W. Woolworth en 1879 y Andrew Saks en 1867.

La primera fue Macy's quien nace en Nueva York, innovando la presentación de mercancías y experiencia de compra del continente y en 1902 Macy´s se inaugura como “la tienda más grande del mundo”. Posteriormente llegaría Saks Fifth Avenue, como uno de los almacenes más grandes de Estados Unidos, quien apostó desde sus inicios por un público con alto poder adquisitivo.

Como ya lo hemos mencionado, es indudable el impacto significativo de Le Bon Marché en la moda y cultura de consumo. Se democratizó el acceso a la moda al ofrecer amplia variedad de producto a precios fijos, que permiten a más personas a tener acceso a la moda sin necesidad de acudir a talleres exclusivos. Se innovó la presentación del diseño de interior, ya que la forma que se exhibía la ropa, transformó el evento visual siendo más atractivo al ojo público a una mayor cantidad de gustos. Le Bon Marché marcó la pauta para las tendencias de la moda que podían ser adquiridas de manera fácil haciendo que las mujeres se inspirarán y marcaran tendencia.

Debido a su gran auge y éxito en 1984 el grupo francés LVMH compró los almacenes más antiguos de París y le añadió el nombre “Rive Gauche”. Después de casi 200 años esta pequeña tienda departamental sigue operando como punto fijo, siendo ejemplo de la innovación y concepción del comercio.

Impacto en la Industria de la Moda

Así como la influencia de Le Bon Marché se demuestra en las nuevas formas de consumo, y condiciones laborales, los cambios en la producción y distribución de moda, se vieron influenciados por la tendencia del almacén. Le Bon marché contribuyó a la transición hacia una producción de prendas en masa. Un modelo de negocio que requería un suministro constante de mercancías, lo que llevó a fabricantes a producir mayor cantidad de ropa y de manera más eficiente.

A medida que el almacén se establece como un referente de la moda, impulso estándares de calidad para mantener su reputación y ofrecer productos que cumplieran con expectativas en términos de diseño y durabilidad para la época. De igual forma, al ofrecer ropa de calidad a precios fijos, el almacén ayudó a popularizar la idea de que la moda no solo era accesible para la élite y cambió la forma en la que la sociedad parisina veía la moda, desde la cotidianidad y gustos personales. Ésto también, alentó a los diseñadores a crear prendas que fueran accesibles como deseables para una mayor audiencia de clientela. La necesidad de ofrecer una amplia variedad de estilos y tallas, impulsó a grandes marcas y nuevos diseñadores, a innovar y diversificar sus colecciones, adaptándose a un público más amplio.

Crear un establecimiento con un conjunto de marcas famosas y comerciales era inusual para la época. La gran tienda se asociaba con diseñadores reconocidos y emergentes establecidos, lo que funcionó como una plataforma para nuevas ideas y estilos, esto benefició a pequeños diseñadores con grandes ideas, que enriquecieron con la oferta de la moda disponible para el consumidor. Por otra parte, el concepto de “temporadas” se establece como eventos anuales, donde los diseñadores y fabricantes de moda, muestran sus creaciones que se adapten a las necesidades del consumidor.

La promoción de nuevas colecciones y mayor rotación de producto fomentaron a un ritmo más rápido en la producción y consumo de la moda. De esta forma, los métodos de distribución y logística se adaptaron para poder enriquecer la oferta de moda disponible. Este impacto de democratización de la moda ha permitido que más personas se expresen a través de un estilo más personal y promover una mayor diversidad de representación en gustos completamente diferentes. Este impacto planteó desafíos a diseñadores a crear una rápida propuesta de tendencias y nuevas colecciones.

Así como hemos visto a lo largo de la historia la manera en la que la moda se va adaptando a los cambios del día a día, esta ha sido una herramienta entrelazada con los cambios sociales, políticos y ahora como vemos, ambientales.

Desafíos y Transformaciones Recientes

La crisis del retail y el impacto del comercio electrónico.

Actualmente, la industria de la moda enfrenta uno de los impactos socioeconómicos más significativos debido al COVID-19. El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia, marcando el origen de una crisis global. Para algunos sectores como el e-commerce, la pandemia trajo muchas oportunidades de crecimiento, mientras que para otros, como la industria de la moda con sus modelos de distribución física, representó un cambio radical en su modelo de negocio.

En el 2020, el valor de la industria global de la moda era de $2.5 trillones según The State of Fashion (McKinsey & Company, 2023). La pandemia afectó profundamente este sector, causando una caída en la demanda de los consumidores, ocasionando inventarios acumulados, envíos detenidos, fábricas y centros comerciales cerrados. De hecho, se proyectó una reducción del 30% en la demanda anual de moda desde el 2020 (McKinsey & Company, 2023). Esta situación forzó a los consumidores a buscar otros canales de compra de forma online, desplazando parcialmente la experiencia física hacia plataformas digitales.

Con esta nueva realidad, y los nuevos patrones de consumo, los minoristas tradicionales tuvieron que adaptarse rápidamente, adoptando la omnicanalidad, la personalización y el uso de tecnología en su modelo de negocio, lo que dio lugar al auge del comercio electrónico. Este nuevo modelo de negocio digital proyectaba un crecimiento del 5% para el 2024 (Cámara de Comercio de Santiago, 2024; Comercio & Negocios, 2024), dando lugar a nuevas oportunidades e innovaciones en la industria de la moda como lo son:

  • Desfiles de moda virtuales

  • Comercio en vivo por redes sociales (livestream commerce)

  • Diseños 3D

  • Beacon networks (aplicaciones bluetooth low energy que permiten saber la localización de su cliente en la tienda física)

  • Integración de inteligencia artificial en la personalización de la compra

  • Carteras digitales

  • Nuevas oportunidades en business to business a través de showrooms

  • Tiendas digitales con experiencias inmersivas

  • Ventas por redes sociales

Todas estas oportunidades marcan nuevas líneas de negocio que las tiendas departamentales deben incorporar para evitar la pérdida de clientes, quienes ahora pueden acceder a una variedad de productos en línea y comprarlos en cualquier momento. Ante esta amenaza, las tiendas departamentales empiezan a identificar la necesidad del “comercio unificado”, el cual hace referencia a la integración de la experiencia física y en línea, implementando acciones como devoluciones en tienda para compras en línea, autoservicio, espejos digitales, robots, zonas de recogida de pedidos y etiquetas físicas vinculadas a plataformas digitales, entre otras. Estas innovaciones empiezan a aumentar la automatización de las tiendas y a enriquecer la experiencia de compra.

Con todo esto, entendemos que el e-commerce, acelerado por el COVID-19, provocó la primera ola de cambios en la forma tradicional de comprar, sin embargo, la segunda ola de revolución llega con la inteligencia artificial. Con esto, las tiendas además de integrar tiendas online adicionales a sus establecimientos físicos, buscan también convertirse en una experiencia multisensorial y omnicanal con ayuda de la inteligencia artificial.

Según Victor Cabrera, Director PageGroup Retail en España “en los próximos años, la tienda física continuará teniendo claramente su importancia en el proceso global de compra para muchos clientes pero necesitará, sin lugar a dudas, complementarse con la introducción y mejora de muchos cambios tecnológicos que completarán y mejorarán la experiencia de compra del cliente” (Michael Page. 2023).

Sabemos que las tiendas departamentales son un modelo de negocio que responde a la búsqueda de experiencias por parte del consumidor, convirtiéndose en espacios de entretenimiento y ocio para la sociedad, funcionando como tiendas especializadas con marcas posicionadas que ofrecen una ventaja competitiva sobre las demás. El reto actual es integrar marcas que no sólo respondan a las nuevas necesidades del mercado, sino que también ofrezcan un valor diferenciado que incentiven a visitar el punto de venta.

Para lograr esto, las tiendas departamentales deben hacer un análisis exhaustivo del valor, posicionamiento y atributos de sus marcas, además de integrar herramientas tecnológicas en sus operaciones, creando así estrategias que respondan a las preferencias de los consumidores mediante la vinculación de datos de sus tiendas digitales con los de las físicas, lo cual genera recomendaciones personalizadas. El objetivo es entender, estudiar y adaptarse a las nuevas necesidades de sus consumidores sin perder su servicio personalizado y el acompañamiento humano que sólo la tienda lo puede ofrecer.

Referencias consultadas:

María Pilar Queralt del Hierro / Locución: Caterina Miloro. (2024, 30 agosto). La revolución de los grandes almacenes. historia.nationalgeographic.com.es. https:/ /historia.nationalgeographic.com.es/a/revolucion-grandes-almacenes_19671

GROUPE BON MARCHÉ : Le Bon Marché Rive Gauche et La Grande Epicerie de Paris. (2021, 4 mayo). GROUPE BON MARCHÉ : Le Bon Marché Rive Gauche et La Grande Epicerie de Paris. on LinkedIn: INSPIRATION - La. https:/ /www.linkedin.com/posts/le-bon-marche_inspiration-la-naissance-du-shopping-on-activity-6795251194328567808-LAN0/?originalSubdomain=fr

Michael Page. (2023). 6 tendencias que revolucionarán el futuro del Retail. [Online]. https:/ /www.michaelpage.es/advice/candidatos/consejos-para-buscar-empleo/6-tendencias-que-revolucionar%C3%A1n-el-futuro-del-retail

Redacción America Retail. (2024). El futuro del retail en 2024: Perspectivas para una transformación continua. America Retail. https:/ /www.america-retail.com

The Collector. (n.d.). How social movements and activism influenced fashion history. Retrieved October 29, 2024, from https:/ /www.thecollector.com/how-social-movements-activism-influenced-fashion-history/

Aristid. (n.d.). Marguerite Day. Aristid. https:/ /www.aristid.com/marguerite-day/?lang=en

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